Laberinto inùtil,
el infinito,
corriendo entre sus huestes.
Caminos circulares,
hojas verdes.
Envueltos en el oscuro
nudo de ataduras cavilan
sobre còmo volvì
a la ciencia experimento.
No vale nada pensar en uno,
sì en dos.
cuando termine el dìa
recuèrdame salir herido,
algo de sangre en el pecho
estarà bien
para volver siempre
a partir
a donde Martìn es.
Tan inquieta es la noche
que no se conforma con el dìa.
jueves, 28 de mayo de 2009
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