Este faro tenìa
multicromàticas luces
y una infancia perdida
en las pupilas
alumbrando
en ofrecida sonrisa
a todo el que no vea
su tristeza.
Este faro tiene
gente a su alrededor
y asì encubierta la soledad
aunque al amanecer
y ya apagada
su luz artificial,
el sol al brillar
le enrostre
su absurdo existir de las mañanas.
El dìa de rostro lleno.
Escrito y publicado por Enrique Mosqueira.
martes, 29 de abril de 2008
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